Manifestémonos, apartad las criaturas, que el festival de jazz -¡ay, ortodoxos!- ha invitado a Albert Pla. Pues sí, porque Albert Pla, que naturalmente no tiene el carnet de músico de jazz, tiene un espíritu más jazzístico que muchos supuestos jazzistas. Riesgo, valentía, consternación, humor, sarcasmo, ternura ... La carrera de Albert Pla ha cocinado mil ingredientes que le acercan a lo que debería ser el jazz de verdad: un ejemplo absoluto de inconformismo. Debut, pues, histórico en nuestro festival con un espectáculo que, además, responde a nuestro tiempo triste y alicaído. Es esta la historia de un hombre atrapado en una manifestación eterna. Solo en el escenario, Pla nos espeta su polémica interpretación de la vida. "A él le hubiera gustado matar a un par de policías, o de banqueros, o de empresarios sin escrúpulos, pero al final, como todo el mundo, decide unirse a una manifestación contra el sistema", proclama, sin tapujos, el cantautor. Una escena aparentemente delirante pero, en el fondo, no tan alejada de la realidad. No diremos jazz, pero el espíritu se acerca, y mucho, porque es libre.
IMPORTANTE: Los menores de 16 años sólo podrán acceder al recinto acompañados de su padre, madre o tutor legal. Imprescindible presentar la Hoja de responsabilidad debidamente impresa y cumplimentada.